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EL LIBRO DE APOCALIPSIS
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En el futuro, este líder religioso que Juan vio en su visión, obligará a las perso-
nas, bajo amenaza de muerte, a que se sometan y aun adoren al que parece ser
un gobierno civil invencible que llegará a gobernar gran parte del mundo.
Una de las formas en que este líder religioso va a imponer la obediencia, es
el control de la economía del mundo. Como Juan lo anotó en su visión, este
futuro líder religioso “hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres,
libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente; y
que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nom-
bre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene
entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su
número es seiscientos sesenta y seis” (Apocalipsis 13:16-18).
La “marca o nombre de la bestia, o el número de su nombre” va a identificar a
estas personas como aquellos que respaldan su poder satánico. Vea los artícu-
los
y
”, en nuestro sitio en la
red si desea más información acerca de esta marca y el número.
Las bestias y el Imperio Romano
El libro de Apocalipsis debe leerse en contexto con las profecías registradas en
el libro de Daniel. Por medio de un sueño dado al rey Nabucodonosor, Dios
reveló que habría cuatro grandes imperios a partir de ese momento en adelante
(Daniel 2:31-43). La historia ha mostrado que estos serían los imperios Babiló-
nico, Medo-Persa, Griego y Romano.
Más tarde, a Daniel le fue dada una visión de cuatro bestias, que también
representaban estos cuatro imperios. En cuanto a la cuarta bestia: “tenía diez
cuernos” (Daniel 7:7). Según Albert Barnes, “el cuerno es un símbolo de poder,
y con frecuencia es usado así como un emblema o símbolo en Daniel” (
Albert
Barnes, notas de la Biblia,
Daniel 7:7-8).
Daniel escribió después: “Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que
otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres
cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre,
y una boca que hablaba grandes cosas” (v. 8).
Los cuernos representaban el poder del Imperio Romano y el cuerno pequeño
representaba un sistema religioso relacionado con él. Daniel vio que este líder
religioso: “…hacía guerra contra los santos y los vencía, hasta que vino el
Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y
los santos recibieron el reino” (vv. 21-22).
