Página 17 - 2014-el-ultimo-enemigo

Versión de HTML Básico

17
hecho del polvo, y todo volverá al
mismo polvo” (Eclesiastés 3:19-20).
Las escrituras son contundentes: el
ser humano es mortal y eventual-
mente debe morir. Dios es “el único
que tiene inmortalidad” (1 Timoteo
6:16), todos los humanos somos mor-
tales (Romanos 6:12).
En realidad, el único que afirma que
el hombre es inmortal en toda la
Biblia, es nada menos que Satanás.
Cuando (disfrazado de serpiente)
intentaba convencer a Eva de que
comiera del fruto prohibido, le dijo:
“No moriréis” (Génesis 3:4). Así —
yendo totalmente en contra de la
instrucción de Dios acerca del fatal
resultado de comer del fruto prohi-
bido— Satanás sentó las bases de una
de las tantas doctrinas falsas que ha
hecho creer a la humanidad: la doc-
trina de la inmortalidad del alma.
¿Qué es lamuerte?
Hemos comprobado que el ser
humano es mortal y eventualmente
muere. Pero, ¿qué nos dicen las escri-
turas acerca de la naturaleza de la
muerte? ¿Es sólo el momento en que
algo deja nuestro cuerpo?
Muchos se sorprenderán al descubrir
que la Biblia define la muerte como
justamente eso:
muerte,
la interrup-
ción absoluta de la vida y la conscien-
cia.
Una de las explicaciones bíblicas más
claras acerca del tema se encuen-
tra en Eclesiastés 9:5: “los que viven
saben que han de morir; pero
los
muertos nada saben”
(énfasis aña-
dido). Más adelante el autor aconseja:
“Todo lo que te viniere a la mano
para hacer, hazlo según tus fuerzas;
porque en el Seol [la tumba], adonde
vas, no hay obra, ni trabajo” (v. 10).
En otras palabras, la muerte es el fin
absoluto de toda conciencia, pensa-
miento, conocimiento y acción.
El gran rey y salmista David nos dice
que cuando alguien muere, tam-
bién “perecen sus pensamientos”
(Salmos 146:4), y que “No alabarán
los muertos a JAH [Dios], ni cuan-
tos descienden al silencio” (Salmos
115:17). De forma similar, el resto de
la Biblia describe la muerte como un
estado de inconsciencia absoluta. Los
muertos no hacen planes ni adoran
a Dios (como piensan quienes creen
que los muertos se van al cielo); más
bien, están en un estado de absoluto
silencio.
Otra metáfora con la que David se
refiere a la muerte se encuentra en
Salmos 13:3: “Mira, respóndeme,
oh Eterno Dios mío; alumbra mis
ojos, para que
no duerma de muerte
(énfasis añadido). Aquí el autor
hace un paralelo entre la muerte y el
sueño, algo que también se utiliza en
muchas otras partes de la Biblia.
1 Reyes 2:10 nos dice que, al morir,
“durmió David con sus padres, y fue
sepultado en su ciudad”.
Además, Jesús usó las siguientes