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mirando desde el cielo. Pero hay ciertos
problemas con esta idea popular. El pue-
blo de Dios en el Antiguo Testamento no
entendía esto de ir al cielo después de que
uno muere. Y no fue lo que los discípulos
de Jesús predicaron en el primer siglo des-
pués de su crucifixión. ¿Cuál es entonces
la verdad?
¿Qué fue lo que Jesús quiso decir cuando
dijo que “el reino de los cielos se ha acer-
cado”? ¿Vamos a entrar al Reino con Jesús
o no? Si esto es lo que pasa, ¿cuándo va
a suceder? ¿En dónde? ¿Cómo? Sigamos
leyendo para aprender acerca de los miste-
riosos secretos del Reino. Al fin y al cabo,
¡es nuestra vida la que está en juego!
Dios tiene unpropósito
para usted
Para entender el Reino de Dios es nece-
sario entender por qué hemos nacido.
Cuando analizamos por qué hemos
nacido, no estamos tratando de dilucidar
el misterio de la reproducción humana
—cómo un hombre y una mujer pueden
procrear un bebé. En lugar de ello, lo que
necesitamos saber es
por qué
Dios creó
la humanidad. Necesitamos saber lo que
Dios tenía en mente cuando Él formó al
primer hombre, Adán, del polvo de la tie-
rra y luego creó a la primera mujer de la
costilla de Adán (Génesis 2:7; 21).
La Biblia revela que Dios tenía un plan
para la humanidad “desde el principio
del mundo” (Apocalipsis 13:8), “antes de
los tiempos de los siglos” (2 Timoteo 1:9).
Único entre toda la vida física que Dios
había creado sobre la tierra, el hombre
fue hecho a la propia “imagen de Dios”,
“conforme a su semejanza” (Génesis 1:26-
27). Este aspecto fundamental de nuestra
creación es lo que explica por qué los seres
humanos tienen la capacidad de pensar,
razonar y planear sus vidas, y sus habili-
dades son infinitamente superiores a las
de los animales. Los seres humanos se
parecen a Dios, aunque con menos pode-
res y capacidades. Pero aunque fueron
creados con menos gloria que Dios, tienen
un potencial increíble.
Cuando Jesús vino a la tierra, Él continuó
en “los negocios de mi padre” (Lucas 2:49)
—cumpliendo con el plan que el Padre
había establecido desde hacía mucho
tiempo. Jesús dijo que Él había venido
“en nombre de mi padre” (Juan 5:43),
para hacer “la voluntad del que me envío”
(Juan 6:38).
¿Cuál era el propósito de la venida de Jesús
a la tierra? Jesús dijo que había venido a
llamar “a pecadores al arrepentimiento”
(Marcos 2:17; Lucas 5:32), de tal forma que
aquellos que respondieran “tengan vida, y
la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
En este pasaje, Jesús se estaba refiriendo a
algomás trascendental que unamejor vida
física. Como Juan, uno de los discípulos a
los cuales Jesús les enseñó personalmente,
lo explicara: “Mas a todos los que le reci-
bieron, a los que creen en su nombre, les
dio potestad de ser hechos
hijos de Dios;
los cuales no son engendrados de sangre,
ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13).