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EL MISTERIO DEL REINO
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Por qué las personas
no entienden
Anteriormente anotamos que Daniel
había profetizado que los santos eventual-
mente poseerían el Reino de Dios (Daniel
7:18, 22, 27). Aproximadamente 600 años
después de la profecía de Daniel, Cristo
vino a la tierra predicando “el evangelio
[las buenas noticias] del Reino, diciendo:
“El tiempo se ha cumplido y el reino de
Dios se ha acercado. Arrepentíos y creed
en el evangelio” (Marcos 1:14-15).
Cuando Jesús dijo que el Reino de Dios
se “había acercado”, hablaba como su
representante, el Rey, sabiendo que la
instrucción que las personas necesitaban
para entrar al Reino ya estaba disponible
para aquellos pocos que iban a entender
el mensaje, a arrepentirse de sus pecados
y a creer en el evangelio. Era un número
pequeño de personas. Después de tres
años y medio de ministerio de Jesús, el
número de discípulos reunidos en Jeru-
salén para Pentecostés —un día de fiesta
anual de Dios— era sólo de “cómo ciento
veinte” (Hechos 1:15).
El número de personas que responden en
la actualidad al mensaje de Cristo también
es pequeño. Se admite en general que sólo
una tercera parte de los habitantes de la
tierra afirman ser cristianos; y entre este
grupo las creencias varían bastante. ¿Por
qué hay tanta confusión y falta de enten-
dimiento?
Hemos mencionado que Jesús dijo que
hablaba en parábolas para esconder el sig-
nificado de lo que decía a la mayoría de
las personas. Jesús les dijo a los discípu-
los: “Porque a vosotros os es dado saber
los misterios del reino de los cielos; mas a
ellos no les es dado” (Mateo 13:11). Con-
tinuando, Él agregó: “Por eso les hablo
por parábolas: porque viendo no ven, y
oyendo no oyen, ni entienden” (v. 13). Este
era el cumplimiento de la profecía que
Dios le había dado a Isaías (vv. 14-17).
Al explicar más adelante por qué algunos
podían entender su mensaje en tanto que
otros no, Jesús dijo: “Ninguno puede venir
a mí, si el Padre que me envió no le trajere;
y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan
6:44). Una de las razones por las cuales
Dios tiene que invitar específicamente a
las personas para que se conviertan en
Hijos de su Reino (Juan 1:12), es porque
un espíritu maligno “…que se llama dia-
blo y Satanás…engaña al mundo entero”
(Apocalipsis 12:9).
Pablo comparó este engaño con el velo
que cubre la mente de las personas (2
Corintios 3:14; 4:3-4). Ya que tenemos
claro el hecho de que el mensaje de Jesús
no iba a ser entendido por completo a
menos que Dios el Padre removiera el velo
de la ceguera espiritual, veamos por qué
la inmensa mayoría de la humanidad no
entendió la enseñanza de Jesús.
Arrepentirse y creer
Como respuesta a las buenas noticias
acerca del Reino, Jesús dijo que las perso-
nas debían hacer dos cosas:
“Arrepentíos
y
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