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Este proceso de convertirnos en hijos de
Dios incluye el hecho de que Cristo, el Hijo
de Dios, se “forme” en nosotros (Gálatas
4:19). Hablando del resultado final de esto,
Juan escribió: “Amados, ahora somos hijos
de Dios, y aún no se ha manifestado lo que
hemos de ser; pero sabemos que cuando
él se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es” (1 Juan
3:2).
Volvernos parte de la familia de Dios —
nacer como hijos de “Dios”— ¡es el propó-
sito definitivo que Dios tiene para usted y
para cada ser humano que haya existido y
vaya a existir! (Efesios 3:14-15; 2 Corintios
6:17-18). Dios está llamando a las perso-
nas (Juan 6:44). Él, “no [quiere] que nin-
guno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Ahora que
entendemos el propósito que Dios tiene
para la humanidad, enfoquémonos en el
Reino al cual Jesús se refirió.
¿Podemos entrar ahora
en el Reino?
Cuando las personas aprenden que Jesús
dijo: “Arrepentíos, porque el reino de
los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17),
muchos suponen que podemos entrar en
este Reino inmediatamente después de
morir. Al fin y al cabo, ellos razonan, Jesús
dijo que su reino “se ha acercado”.
Algunos perciben que el Reino es la Igle-
sia. Otros creen que es nuestro mundo
actual cuando es gobernado por los prin-
cipios cristianos. Algunos creen que el
Reino existe en los corazones de las per-
sonas. Muchas de estas bien intencionadas
ideas están erradas o son incompletas.
Cuando estudiamos este tema en la Biblia,
encontramos que Mateo es el único escri-
tor que utiliza el término “el reino de los
cielos”. Los otros escritores de los evan-
gelios —Marcos, Lucas y Juan— se refie-
ren a él como “el reino de Dios” (Marcos
1:14-15; Lucas 4:43; Hechos 1:3; Juan 3:3,
5). Pablo lo llamó el “reino de Cristo y de
Dios” (Efesios 5:5), y Pedro se refirió a él
como “el reino eterno de nuestro Señor
y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 1:11). En
Apocalipsis 12:10 Juan escribió “el reino
de nuestro Dios”. Al analizar estos pasajes,
vemos que el nombre que predomina es “el
reino de Dios”.
Por supuesto, todas estas expresiones se
refieren al mismo Reino —el Reino que
pertenece a Dios el Padre y su Hijo, Jesu-
cristo. De hecho, es en sí mismo el Reino
de Dios. ¿Cómo debemos entender enton-
ces las 33 referencias de Mateo al “reino
de los cielos”, frente a las cinco referencias
que hace al “reino de Dios”? “De los cie-
los” significa simplemente que pertenece a
los seres divinos que gobiernan en los cie-
los. ¿Tenemos entonces que ir al cielo para
poder entrar a este Reino? ¿Permanecerá
en los cielos?
El lugar futurodel Reino
Hace cerca de 2500 años, Dios dio a un
profeta judío llamado Daniel un entendi-
miento especial acerca de los gobiernos
futuros. Mientras servía en la corte de
Nabucodonosor, el rey de Babilonia, Dios