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              Además, los rituales que Dios le dio a la
            
            
              antigua Israel para el Día de Expiación
            
            
              son únicos, intrigantes y con frecuencia
            
            
              mal interpretados. Pero cuando los ana-
            
            
              lizamos en consonancia con el bosquejo
            
            
              profético en Apocalipsis, el significado se
            
            
              vuelve más claro.
            
            
              
                Satanás es atado
              
            
            
              Los eventos representados por la Fiesta
            
            
              de Trompetas están resumidos en Apo-
            
            
              calipsis 19, y el siguiente suceso profético
            
            
              comienza en Apocalipsis 20:
            
            
              “Vi a un ángel que descendía del cielo, con
            
            
              la llave del abismo, y una gran cadena en
            
            
              la mano. Y prendió al dragón, la serpiente
            
            
              antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató
            
            
              por mil años” (vv. 1-2).
            
            
              El apóstol Juan describe a Satanás como
            
            
              el “que engaña al mundo entero” (Apoca-
            
            
              lipsis 12:9). Parece que Satanás utiliza su
            
            
              influencia perversa para trasmitir actitu-
            
            
              des impías y pensamientos pecaminosos a
            
            
              toda la humanidad (Efesios 2:2). No pode-
            
            
              mos eludir la responsabilidad personal
            
            
              
                El Día de Expiación:
              
            
            
              
                Se remueve el último enemigo;
              
            
            
              
                reconciliación de todos con Dios
              
            
            
              El Día de Expiación es diferente de las otras fiestas por una razón:
            
            
              Dios ordenó a su pueblo que ayunara (que no comiera ni bebiera
            
            
              ningún líquido, Ester 4:16) en este día, con el fin de acercarse a Él,
            
            
              en tanto que en otras fiestas disfrutamos de la comida y la bebida.
            
            
              (En el Nuevo Testamento, a esta fiesta se le denomina “ayuno” en
            
            
              Hechos 27:9.)