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              bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos,
            
            
              y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
            
            
              Y tomando la copa, y habiendo dado gra-
            
            
              cias, les dio, diciendo: bebed de ella todos;
            
            
              porque esto es mi sangre del nuevo pacto,
            
            
              que por muchos es derramada para remi-
            
            
              sión de los pecados” (Mateo 26:26-28).
            
            
              Jesús dijo que el pan representaba su
            
            
              cuerpo. Él estuvo voluntariamente dis-
            
            
              puesto a sufrir para llevar nuestras enfer-
            
            
              medades y dolencias (Mateo 8:16-17;
            
            
              Isaías 53:35). Jesús es también el pan que
            
            
              hace posible la vida eterna a medida que le
            
            
              permitimos que viva en nosotros (Gálatas
            
            
              2:20).
            
            
              El vino representa su sangre derramada,
            
            
              dada para el perdón de nuestros pecados.
            
            
              El apóstol Pablo repitió estas instruccio-
            
            
              nes de la Pascua acerca del pan y del vino
            
            
              en 1 Corintios 11:23-26. Él le recordó a la
            
            
              Iglesia, tanto a los judíos como a los gen-
            
            
              tiles, acerca de la vital importancia de
            
            
              este memorial que representa la muerte
            
            
              de Cristo y la renovación del compromiso
            
            
              que hicimos con Dios en el bautismo.
            
            
              
                ¿Por qué Cristo tenía quemorir?
              
            
            
              ¿Por qué Jesús vino a la tierra como ser
            
            
              humano para morir? A causa del pecado
            
            
              —los pensamientos y acciones destructi-
            
            
              vas que van en contra de la voluntad de
            
            
              Dios (1 Juan 3:4).
            
            
              Dios revela su forma de pensar y su forma
            
            
              de vida por medio de la Biblia, y especial-
            
            
              mente por medio de los Diez Mandamien-
            
            
              tos y de sus positivas y benéficas leyes que
            
            
              nos muestran cómo quiere que vivamos.
            
            
              Cuando quebrantamos sus leyes, auto-
            
            
              máticamente nos acarreamos castigos,
            
            
              y especialmente la pena de muerte —la
            
            
              muerte eterna. Todos merecemos esta
            
            
              pena (Romanos 3:23; 6:23).
            
            
              Dios, en su perfecta justicia eterna, cobra
            
            
              esta pena; pero en su increíble misericor-
            
            
              dia, ¡Jesucristo estuvo dispuesto a pagar la
            
            
              pena por nuestros pecados! “Porque de tal
            
            
              manera amó Dios al mundo, que ha dado
            
            
              a su Hijo unigénito, para que todo aquel
            
            
              que en él cree, no se pierda, mas tenga
            
            
              vida eterna” (Juan 3:16). Cristo dio su vida
            
            
              para que pudiéramos arrepentirnos y ser
            
            
              salvos (1 Timoteo 2:4).
            
            
              Este es el solemne y a la vez gozoso men-
            
            
              saje de la Pascua anual.
            
            
              Ahora, analicemos el significado del
            
            
              inusual nombre de “días de Panes Sin
            
            
              Levadura”, que nos ayudan a entender el
            
            
              segundo paso en el plan de salvación de
            
            
              Dios.
            
            
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