Página 25 - 2014-Cambie-su-vida

Versión de HTML Básico

25
un canal de comunicación con Él, por
el que puede darnos muchos de sus
otros dones maravillosos.
El Espíritu
Santo le da a un cristiano el poder
espiritual y el entendimiento que hace
posible que seamos más semejantes a
Dios y eventualmente heredar la vida
eterna.
El Espíritu Santo es el poder de
Dios, que Él ofrece a aquellos que se
arrepienten, son bautizados (Hechos
2:38) y le obedecen (Hechos 5:32). La
Biblia hace una lista de muchas cosas
que el Espíritu Santo nos permite
hacer. Pablo escribió que el Espíritu
de Dios nos abre el entendimiento
espiritual de las cosas que parecen
locura para aquellos que no tienen
discernimiento espiritual (1 Corintios
2:10-14). Con la oración regular y el
estudio de la Biblia, el Espíritu nos
ayuda a crecer en el entendimiento
del plan de Dios y nuestra parte
en él. Hace posible que las leyes
de Dios sean escritas en nuestros
corazones y mentes, a medida que
las interiorizamos por medio de la
obediencia consistente (Hebreos
8:10). Éste es el poder que nos va
a permitir transformar (cambiar)
nuestras mentes (Romanos 12:2).
Jesús dijo que el Espíritu nos
proveería ayuda y guía (Juan 14:16,
26; 16:13). Una de las más importantes
bendiciones de tener el Espíritu de
Dios es que “el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que nos fue dado”. El
amor de Dios está descrito con más
detalles en 1 Corintios 13:4-8.
Juan también relacionó el amor
de Dios con su ley: “Pues este es el
amor a Dios, que guardemos sus
mandamientos; y sus mandamientos
no son gravosos” (1 Juan 5:3). El
amor de Dios nos lleva a obedecer sus
mandamientos, y así es como se lleva
a cabo la transformación.
En Gálatas 5:22-23, Pablo hace una
lista de cualidades que podemos
desarrollar por medio de la presencia
del Espíritu Santo: “Mas el fruto
del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra
tales cosas no hay ley”.
Este “fruto” representa el carácter
de Dios, que debemos desarrollar
en nuestra vida. Para hacer esto,
debemos orar regularmente por el
don de su Espíritu y comprometernos
a seguir su guía y crecer más en este
fruto.
¿Cuánto mejor podremos afrontar
la vida con más
paciencia
cuando
un ascenso no llega cuando lo
esperamos? ¿O si tenemos
dominio
propio
en vez de perder los estribos
cuando nuestros hijos necesitan
ánimo en vez de palabras ásperas? Y
el Espíritu Santo es muy importante
al ayudarnos en nuestra lucha contra
la inf luencia invisible de nuestro
enemigo, Satanás.
Debemos pedirle a Dios regularmente
que nos provea con su maravilloso
Espíritu para que nos ayude a crecer
más y más.
Foto: Chantelle West