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Recibiendo el Espíritu Santo
Después del bautismo, Dios prometió el maravilloso don de
su Espíritu Santo. La Biblia muestra que este don es dado
cuando los ministros de Dios imponen las manos en la
persona bautizada y oran.
El bautismo es una parte importante
del proceso de conversión, pero no
es el fin. De hecho, por el solo hecho
de ser bautizada, esto no hace que la
persona sea cristiana.
Veamos una verdad importante en la
Biblia: “Mas vosotros no vivís según la
carne, sino según el Espíritu, si es que
el Espíritu de Dios mora en vosotros.
Y si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, no es de él” (Romanos 8:9).
Una persona es cristiana sólo si el
Espíritu Santo de Dios está morando
en ella.
La Biblia nos da ejemplos de
personas que tuvieron el bautismo
de arrepentimiento, pero no habían
recibido todavía el Espíritu Santo.
¿Cómo les fue dado el Espíritu Santo?
La imposición demanos
Cuando el diácono Felipe “anun-
ciaba el evangelio del reino de Dios
y el nombre de Jesucristo, se bautiza-
ban hombres y mujeres”. Pero ellos
no recibieron el Espíritu Santo hasta
que Pedro y Juan vinieron y “entonces
les imponían las manos y recibían el
Espíritu Santo” (Hechos 8:17).
Este procedimiento está confirmado
en el ejemplo de cerca de una docena
de hombres en Éfeso, que habían sido
bautizados en el bautismo de arre-
pentimiento de Juan el bautista. Pablo
les preguntó: “¿Recibisteis el Espíritu
Santo cuando creísteis? Ellos le dije-
ron: Ni siquiera hemos oído si hay
Espíritu Santo”, y en el versículo 6 lee-
mos: “Y habiéndoles impuesto Pablo
las manos, vino sobre ellos el Espíritu
Santo” (Hechos 19:2, 6).
Elmaravillosodondel Espíritu
Santo
El Espíritu Santo es uno de los más
maravillosos dones de Dios y nos da