Página 45 - 2014-10-mandamientos

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Como usted ha leído los Diez Manda-
mientos de Dios, sin lugar a dudas, ha
visto áreas en las que ha fallado —ha
pecado, como la Biblia lo llama. Deci-
mos sin lugar a dudas porque el após-
tol Pablo dice: “por cuanto todos peca-
ron y están destituidos de la gloria de
Dios” (Romanos 3:23).
Pablo también explica que esto es algo
muy serio: “Porque la paga del pecado
es muerte, mas la dádiva de Dios es
vida eterna en Cristo Jesús Señor nues-
tro” (Romanos 6:23).
Las leyes de Dios son para nuestro
beneficio; pero cuando las quebran-
tamos, ellas conllevan un gran cas-
tigo. Finalmente, la pena es la muerte
eterna a menos que nos arrepintamos
sinceramente.
En los comentarios finales del libro de
Apocalipsis, Jesucristo nos recuerda
que Él va a recompensar a las personas
de acuerdo con sus acciones cuando Él
regrese (Apocalipsis 22:12). Después,
Juan continua diciendo: “Bienaven-
turados los que lavan sus ropas, para
tener derecho al árbol de la vida” (v.
14). Dios nos permite elegir.
El plande rescate deDios
Dios nos amó tanto que Él hizo posi-
ble que pudiéramos ser perdonados de
nuestros pecados pasados y ayudarnos
para evitar pecados futuros. Para que
existiera esta posibilidad era necesario
que Jesucristo ¡muriera! Dios odia el
pecado y nos ama a todos ¡muchísimo!
El apóstol Pedro resumió el proceso de
cambio que el sacrificio de Jesús hizo
posible. Él les dijo a las personas que
reconocieron sus pecados y estaban
compungidos: “Arrepentíos, y bautí-
cese cada uno de vosotros en el nom-
bre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo” (Hechos 2:38).
Cuando descubrimos que hemos
pecado y hemos quebrantado los Diez
Mandamientos de Dios, debemos
volvernos a Dios en arrepentimiento
y buscando su ayuda para vencer el
pecado. Si desea profundizar en este
tema tan importante y en otras etapas
del proceso, por favor lea el artículo
“Como arrepentirse” y otros artículos
relacionados en el sitio VidaEsperan-
zayVerdad.org.
Ser hacedores de la palabra
El apóstol Santiago comparó la ley de
Dios con un espejo y nos advirtió que
no deberíamos tan solo mirar y rápi-
damente “olvida cómo era” (Santiago
1:23-24).
“Mas el que mira atentamente en la
perfecta ley, la de la libertad, y perse-
vera en ella, no siendo oidor olvida-
dizo, sino hacedor de la obra, éste será
bienaventurado en lo que hace” (v. 25).
Usted debería estudiar los Diez Man-
damientos —¡y practicarlos! Usted
será bendecido si lo hace así.
Si usted tiene alguna pregunta o le
gustaría ponerse en contacto con uno
de nuestros ministros de la Iglesia de
Dios, una Asociación Mundial, puede
contactarnos a través de iddam.org.
Estaremos muy contentos de poder
servirle en lo que nos sea posible.
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