Página 27 - 2014-10-mandamientos

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Pablo abunda en este tema de rela-
ciones familiares con mandatos tanto
para los hijos como para los padres:
“Hijos, obedeced en el Señor a vues-
tros padres, porque esto es justo” (v.
1). Una sociedad que funcione bien y
las relaciones felices están basadas en
el respeto y obediencia a la autoridad.
Es mucho más fácil si aprendemos esto
a temprana edad —y con esto evita-
mos tener que aprenderlo por la línea
dura, en el campamento militar, la pri-
sión o al perder el empleo. Dios quiere
que aprendamos a “honrad a todos” (1
Pedro 2:17). Debemos someternos a la
autoridad, “porque no hay autoridad
sino de parte de Dios” (Romanos 13:1).
Esto no significa que Dios condone
liderazgos represivos y de mano dura.
Él responsabiliza a los padres, maes-
tros y otros líderes y los someterá a un
juicio más estricto (Santiago 3:1).
El honor nodebe terminar
cuandodejamos el hogar
La familia es un compromiso de toda
la vida; refleja la permanencia de la
relación familiar a la cual hemos sido
llamados, al llegar a ser hijos de Dios.
Como el apóstol Juan escribió: “Mirad
cuál amor nos ha dado el Padre, para
que seamos llamados hijos de Dios” (1
Juan 3:1).
Dios se propone que nosotros conti-
nuemos mostrando respeto y honor a
nuestros padres aun después de dejar
El Quinto Mandamiento nos ayuda a ver cómo
el aprender respeto y honor en el ambiente
familiar nos ayuda a prepararnos para mostrar
honor a nuestro grandioso Padre Celestial.